In memoriam

Los estudiosos y practicantes de las religiones y del diálogo interreligioso estamos de duelo por el reciente fallecimiento, no por esperado menos doloroso, de Raimon Pánikkar (1918-2010). Pero no solo nosotros, sino toda la humanidad es hoy espiritualmente un poco más pobre al haber desaparecido su presencia física, su sonrisa incansable, su reflexión serena y siempre contra corriente del orden/poder/sistema establecido, tanto de las iglesias como de los estados e incluso de las rutinas nuestras de cada día. Pánikkar era de aquí (sea lo que sea) y, al mismo tiempo, de otras partes, pues sabía integrar una pluralidad de identidades sin caer en la impostura ni en la espiritualidad facilona del que mucho habla y poco siente. Hace poco lo citaba en Granada para explicar su apoyo matizado al Parlamento de las Religiones: bien está dialogar, siempre que se haga desde la intensidad de la experiencia y a todos los niveles, y no solo por la apariencia o para que un evento funcione según lo previsto. Al contrario, la experiencia espiritual más auténtica siempre surge de lo imprevisto e imprevisible. Ahí queda ahora su legado en forma de libros, entrevistas, declaraciones y testimonios de quienes lo conocieron y amaron.

Sería injusto que tan grande pérdida omitiera o disminuyera otra que también nos conmueve: la temprana desaparición del profesor Àlex Seglers, ocurrida el pasado 24 de agosto. Un fallecimiento desconcertante por inesperado, ya que ni siquiera había cumplido aún 40 años. Profesor de Derecho Eclesiástico, será recordado por sus meticulosos y esclarecedores ensayos sobre la relación entre las religiones y el Estado en un contexto post-confesional. En un nivel diferente del de Pánikkar, también trabajó para una mejor comprensión de las implicaciones de la diversidad religiosa, en su caso referido a los derechos y deberes que conlleva una gestión verdaderamente democrática e igualitaria de la pluralidad de religiones. Descansen ambos en paz y gracias por todo lo que nos han aportado.